Parece que Disney tiene una extraordinaria capacidad para llevarnos a recordar ese niño interior que todos tenemos pero que muchas veces se extravía en el camino y nos hace dejar de ver las cosas simples de la vida y disfrutar de todo lo bueno que tenemos alrededor.
En Christopher Robin, aun cuando es muy melancolica y tal vez algo oscura, nos lleva al universo donde un osito de peluche y sus amigos vienen a rescatar a el amigo que ha crecido y ahora esta extraviado en sus obligaciones cotidianas, pensando mas en el trabajo que en la familia y perdiendose las cosas buenas de la vida.
El regreso al bosque de los cien acres, nos trae de vuelta a Winnie, Tiger, Piglet, Igor, Conejo, Kangu, Rito y Buho los cuales han sido muy bien representados como los peluches que ahora se ven un tanto sucios y descoloridos dado que han pasado muchos años desde que Christopher Robin creció.
A lo largo de la pelicula, hay momentos en que es mas tierna la actuación de Winnie y tal vez hasta mas humano que su amigo Christopher y ese conversar de Winnie The Pooh tan simple, tan dulce, es ciertamente encantador; es cierto que se siente como que los demas peluches tienen poca participación destacando solo un poco Igor, el burrito pesimista y Piglet, pero eso no quita que se acoplen bien al ritmo de la historia.
Que mas podemos decir, si tan solo parece que lo mas importante a veces es estar sin hacer nada, porque hacer nada puede ser lo mas divertido.
Calificación 3.5/5 Recomendada para toda la familia
CARLOS ESPINOZA
EDITOR EN JEFE
Twitter @cees73
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